La declinación solar para ésta época del año, mantiene su avance aparente hacia el hemisferio Sur, y estará alcanzando el ecuador terrestre el próximo 22 de septiembre a las 21:03 HLV. Ese día tendremos lo que se conoce como el equinoccio otoñal en el Hemisferio Norte y primaveral en el Sur.
En ese “vaivén” de la declinación solar (recordemos que quien produce dicha declinación es la Tierra) Venezuela es barrida, por decirlo así, por esa incidencia perpendicular de los rayos solares y desde este sábado 20 de agosto comenzará a incidir en los 12°11´34″ N que es el punto más septentrional continental de nuestro país, Cabo San Román, al norte de la Península de Paraguaná, estado Falcón.
De allí que si han sentido calor en algunas regiones del país, ahora se hará notar más, sobre todo en las localidades donde no esté lloviendo o donde no haya una cobertura nubosa constante que nos proteja de ésta perpendicularidad de los rayos solares.
Es precisamente durante éstos días y hasta finales de septiembre donde se han llegado a registrar los valores máximos de temperatura ambiental para el segundo semestre del año en el territorio nacional.
Recordemos que ya pasamos el período donde se registran las temperaturas máximas absolutas en Venezuela, marzo-abril-mayo, y es que para esos otros meses tenemos otro ingrediente particular: el período seco, o sea, hay escasas lluvias (con algunas excepciones como este año donde algunos estados registraron precipitaciones atípicas producto de las condiciones que genera La Niña).
Por el contrario, ahora estamos transitando el período lluvioso lo cual ayuda a atenuar un poco éste efecto, aunque donde no estén presentes las precipitaciones y se conjuguen otros factores meteorológicos, el calor será muy destacable.
¿Esto ocurre siempre en Venezuela?
Hay que tener presente que esto ocurre habitualmente en nuestro país para ésta época del año. En las zonas tropicales, como es el caso de Venezuela, cuando la declinación solar coincide perpendicularmente con la latitud de una determinada región, la radiación genera una significativa «ganancia de calor» en la superficie terrestre y posteriormente se produce el calentamiento del aire superficial.
Durante los días cercanos y posteriores a esta coincidencia entre declinación solar perpendicular y latitud, las temperaturas aumentan de manera importante, particularmente si se presentan esas condiciones de cielo despejado o parcialmente nublado. Así que no es adecuado comenzar a emplear los términos como «ola de calor», ya que técnicamente es incorrecto por no reunir las características meteorológicas que determinan ese efecto.
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