La Niña sigue presente pero las condiciones que establecen a esta variable climática continúan declinando. Las temperaturas de la superficie del mar (TSM) del Océano Pacífico ecuatorial, que es uno de los principales indicativos de las oscilaciones que presenta el ENOS (El Niño Oscilación del Sur) y en este caso La Niña, continuaron debilitándose aún más durante el pasado mes u en estos primeros días de febrero.

Condiciones oceánicas y atmosféricas actuales
El Centro de Predicciones Climáticas de la NOAA en su informe emitido el día de hoy, explicó que «los índices semanales más recientes del ENOS estuvieron cerca de -0.5 °C (umbral de un La Niña débil), con la excepción de la región Niño-1+2 que estuvo en +0.1 °C». Siguen explicando que «justo como en la superficie, la temperatura anómala negativa de la subsuperficie también continuó debilitándose con temperaturas por encima del promedio expandiéndose hacia el este a la profundidad y cerca de la superficie en el este del Pacífico».
Por otro lado, en dicho informe también se refleja que «las anomalías en los vientos del este en los niveles bajos continuaron, pero estuvieron confinadas al oeste y centro del Pacífico. Las anomalías en los vientos del oeste en los niveles altos fueron evidentes sobre el este-central del Pacífico. La convección persistió suprimida sobre el oeste y centro del Pacífico tropical mientras que convección aumentada fue observada sobre el oeste de Indonesia.»
Todo esto quiere decir, que a pesar que el sistema océano-atmósfera continuó reflejando La Niña al igual que los patrones atmosféricos, existe también una clara señal del debilitamiento progresivo de las condiciones que determinan dicho fenómeno. Esto traería un comportamiento climático cercano a lo normal momentáneamente. El problema empezaría de concretarse condiciones de El Niño a finales de año, lo cual explico a continuación.
¿Qué se puede esperar en los próximos meses?
Los pronósticos del Instituto Internacional de Investigación para el Clima y la Sociedad y del Centro de Predicciones Climáticas de la NOAA actualizados el día de hoy, continúan indicando una transición a ENOS-neutral durante los próximos meses (sin El Niño ni La Niña), condición prevista a mantenerse luego en el transcurso de la primavera y temprano en el verano del hemisferio norte.
Además, la probabilidad de que se establezca El Niño a finales de este 2023 sigue en aumento (62%) en el pronóstico a largo plazo, aunque como se ha indicado desde meses anteriores, la incertidumbre sigue siendo alta por la barrera de predicción de primavera, la cual está asociada con poca exactitud en el pronóstico. El fenómeno El Niño históricamente ha ocasionado déficit de las precipitaciones en el caso de Venezuela.
Recordemos que unas de las causas de esta barrera en las predicciones se debe porque es un momento típicamente transicional del fenómeno ENOS entre dos fases. Predecir bajo condiciones neutras el inicio o final de otra fase es más difícil que predecir un evento en pleno proceso. Otro factor fundamental es que en esa época suele darse un mínimo contraste entre la temperatura del mar en ambas costas del Pacifico ecuatorial, ejerciendo una menor influencia sobre la atmósfera la cual se vuelve más caótica en su predicción.
Fuentes: CPC NOAA/IRI
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